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jueves, 12 de mayo de 2016

24. Relatos navarros, de Potes y Libros

El próximo jueves 19 de mayo, a las 20.00, nos juntaremos en la Peña Anaitasuna (calle San Francisco, 14) una buena tropa de escritores y escritoras.

La excusa, hablar de nuestra cría colectiva, 24. Relatos navarros.

El objetivo real, darle fuerte a los potes y a los pintxos con los que nos agasaja la Peña Anaitasuna.

¡Así que allí nos vemos!

 

jueves, 21 de abril de 2016

24. Relatos navarros

Ya está en la calle este libro, 24. Relatos navarros, que constituye una muestra de la actual narrativa (breve) de nuestra tierra.

Como en cualquier muestra que se precie, no están todos los que son, pero sí son todos los que están, navarros y navarras de aquí y de allá que nos ofrecen una cata de su tarea literaria. Pamiela ya lo advierte en un web, no es esta una antología sino más bien una primera entrega de una muestra que queda abierta, lógicamente, a la literatura en euskera y a cuentistas que no hayan participado en este libro.


Con la precaución propia ante este tipo de publicaciones (siento pánico a las comparaciones), solo me resta agradecer a Miguel Campion su esfuerzo en la coordinación de este proyecto y contaros quiénes participamos en este libro, imprescindible para quien quiera aproximarse a nuestras letras:
  • Mikel Zuza
  • Idoia Saralegui
  • Susana Rodríguez
  • Begoña Pro
  • Alberto Piedrafita
  • Alejandro Pedregosa
  • Carlos Ollo
  • Pablo Ojer
  • Maribel Medina
  • Txema Maraví
  • Ignacio Lloret
  • Margarita Leoz
  • Pablo Laporte
  • Eduardo Laporte
  • Miguel Izu
  • Patxi Irurzun
  • Cristina Iribarren
  • Aitor Iragi
  • Belén Huarte
  • Iñaki Echarte
  • Miguel Campion
  • Carlos Bassas
  • Mikel Alvira
 Y... por supuesto, YO.
 
  


 

viernes, 2 de diciembre de 2011

Patxi Irurzun

Supongo que por mi deformación académica económica, tengo la manía de montarme una excel en la que anoto los libros que leo cada año y voy sumando el total de páginas que me trago. Ayer le eché un vistazo y caí en la cuenta de que a quien más he leído este año es a Patxi Irurzun. Así que, siguiendo la máxima karateko-laportiana de dal sela pulil sela, voy a hacerle la rosca, pues ha aceptado con entusiasmo presentar mi Beautiful Rhodesia el próximo 16 de diciembre.

Compré hace tiempo Atrapados en el paraíso, Premio a la Creación Literaria del Gobierno de Navarra 2004 y lo devoré en marzo. Cuenta su viaje a Payatas, el vertedero de Manila, y a Nueva Guinea, lo que demuestra la preocupación social del autor por el lado más sórdido de la especie humana. Podría destacar la calidad de su prosa y blablabla, pero como de eso no entiendo demasiado, sí puedo afirmar en cambio cuánto me conmovió, tanto en la descripción de personajes como en la de ambientes y situaciones. Mención especial merece el personaje de Malen, su compañera, la más guapa del barnetegi en el que la conoció, y a la que deja plantada para irse a escarbar entre la basura, la real y la metafórica. Me parece preciosamente irónico y literario el sms que ella le manda a las 12 del mediodía del 6 de julio, nuestro primer txupinazo juntos, desde la otra punta del mundo.

Dios nunca reza, su último libro, podría considerarse una continuación de este Atrapados. En forma de diario, nos cuenta su verano de 2008, en el que Malen está ya embarazada de su segundo retoño, cambian de casa y Patxi es finalmente despedido. Una historia que no sería especialmente atractiva se convierte en una crónica apasionante y sincera sobre su vida, su trabajo, su amor y sus sueños de escritor. Y me encanta el realismo con el que cuenta su relación con Malen, a la que adoraba embobadamente en Atrapados y a la que ama y enfada, a partes iguales, unos años después. Vamos, vida de pareja en estado puro.

Y, finalmente, ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!, que leí en vísperas de San Fermín, cuando todo nos parece genial y maravilloso, me dejó con la boca abierta. Un novelón que, siendo simplistas, podría calificarse de humorístico o porno, pero que esconde una preciosa historia de amor, una descripción de las miserias humanas y una crítica feroz de nuestra sociedad, la mundial y la pamplonesa. Me encanta la recreación de los 80 de esta gloriosa ciudad, con su borroka, su pijismo, sus punkis y mozorros a palos por Calderería, su rock radical vasco y su ombliguismo foral.

Para mí, Patxi y Laporte son dos de las referencias de la literatura navarra actual, esa locomotora a la que yo les pedí subirme un día y a lo que Patxi contestó que, si hacía falta, la desviaban hasta Rhodesia. Qué gran tipo, ¿no?

No soy el único que lo dice.

martes, 1 de noviembre de 2011

Luz de noviembre, por la tarde

Decía el otro día que Eduardo Laporte es majo. Lo conocí cuando compartimos deliberaciones como miembros del jurado del I Certamen de Microrrelatos de San Fermín y lo primero que hizo ese día fue regalarme un libro, suyo, Postales del náufrago digital, que recogía un montón de estupendos artículos de los que cuelga en su blog. Ya con eso me ganó, no hay nada como regalarme libros para caerme bien, al loro Olentzero, aunque tampoco hago ascos al whisky, al jamón, a los juegos para la play2 o a un queso bien curado.

Desde entonces nos hemos ido cruzando por ahí, en mails, blogs y otros concursos, como participantes y como jurados, y él siempre tan amable, preguntando cómo me iban mis novelas de africanos o con alguna broma osasunferminera.

Por todo eso, cuando ves que se saca de la manga un librazo como Luz de noviembre, por la tarde, que se lo editan con cariño y que a la gente (y a la crítica) le está gustando, no puedes menos que alegrarte. Un huevo, además.

Yo, que no sirvo mucho para opinar sobre libros, he de decir que me gustó mucho mucho mucho, no sé si porque uno ya intuye que, desgraciadamente, no tardará en vivir experiencias similares a las que él cuenta, si porque me encanta que en los libros que leo salga la plaza del Castillo o se echen un pote en el Ulzama (aunque ni a él ni a mí nos guste demasiado cómo reformaron ambos) o, simplemente, por envidia, porque me gustaría escribir así de bien, ser capaz de describir algo tan íntimo como la muerte con tal calidez y ternura y sin caer en la ñoñería ni la lágrima fácil.

Pues eso, que enhorabuena, Eduardo. Y ya sabes, después de esta ración de azúcar, a cantar las maravillas de Beautiful Rhodesia.

Si se las ves.

martes, 25 de octubre de 2011

Boom de la narrativa navarra

Dicen Eduardo Laporte y Patxi Irurzun, medio en serio medio en coña, que son la locomotora de la narrativa navarra. Y yo creo que es verdad. Con pocos días de diferencia sacaron a la calle sus libros, Luz de noviembre, por la tarde y Dios nunca reza.

Me han encantado los dos y se están hartando de cosechar buenas críticas, espero que cosechen euros también. Los dos son majos, irónicos y divertidos. Me gustaría cocerme un día con ellos, que siempre que coincidimos solo hemos disfrutado de pedus interruptus.

Son locomotora pero no son los únicos. Ahí está Carlos Aurensanz, un Ken Follett ribero que vendió 20.000 (¡20.000, qué cabrón!) ejemplares de su primera entrega sobre los Banu Qasi y anda de gira presentando la segunda.

Qué decir de Ismael Martínez Biurrun, ganador por dos veces del Celsius a la mejor novela de fantasía, terror o ciencia ficción escrita en castellano (ahí es nada) y que acaba de publicar El escondite de Grisha. Y también como bestseller destaca Julia Montejo con su Violetas para Olivia.

En un peldaño superior tenemos a los consagrados, Sánchez-Ostiz, Chivite, Gracia Arméndariz. En cierto modo ellos desbrozaron la senda y llevan ventaja, más que merecida por otra parte.

Y ya andan avisando las nuevas generaciones, las literarias, las otras no sé, con los recientemente premiados Margarita Leoz y Pablo Laporte, Laporte II para los pelotazales.

Si crudo lo tienen en cuanto a promoción la mayoría de estos autores castellano- escribientes, peor aún lo tienen los euskaldunes, con Aingeru Epaltza a la cabeza y los escritores de novela negra, nobela beltza esango genuke, Alberto Ladron Arana, con su reciente Zer barkaturik ez así como Jon Arretxe, autor de Tangerko ametsak. Jon es un vizcaino que vive en Arbizu y ya sabemos que los de Arbizu nacen donde les da la gana.

En fin, da pena que de todos estos autores y libros la mayoría de la población navarra no tenga noticia. Sabemos más de Belén Esteban, de Mendilibar o de Stieg Larsson que de ellos o ellas.

No sé quién tiene la culpa.

Yo, por si acaso, igual me quedo a vivir en Zimbabwe.