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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Orán ya no te quiere, en Kermés Literaria

Hoy recogemos esta exhaustiva reseña de Orán ya no te quiere, publicada por Juan Laborda Barceló el pasado 10 de octubre en Kermés Literaria.

Me alegra mucho que, un año después de su publicación, mi última novela siga gustando y dé pie a análisis tan sesudos.



Orán ya no te quiere, Carlos Erice Azanza, Editorial Traspiés, 312 páginas, 2015.

Existen cajones de la historia en los que la literatura ha buceado poco, pero cuya potencia olvidada es todo un filón. Cuando alguien los abre y navega por ellos puede conjugar la recuperación de momentos clave con altas cotas de reflexión. Uno de esos cajones es -Camus mediante- la compleja y sangrienta descolonización de Argelia.

La acción de Orán ya no te quiere se abre con un atentado de la OAS (la temida Organisation de l'Armée Secrète) al que se regresa en los capítulos finales, cerrando el círculo de una historia bien contada. La obra de Carlos Erice da lo que promete –lo cual no es poco, todo lo contrario- envuelto en unas formas que son muestra de dominio del lenguaje. No en vano utiliza varias voces y diversas maneras de aproximación a la trama a través de las mismas. El diario de la joven pamplonesa Leire Aranguren está construido en una verosímil y personalista primera persona, los recuerdos históricos de su abuelo Peio con un narrador omnisciente, y algunos de los pasajes en los que la nieta visita a su familiar aparecen con una ágil y decidida segunda persona. El estilo varía según los pasajes, pero hay un predominio de eficaz sobriedad, frases cortas, repeticiones rítmicas y sonoras, cierta sequedad en las construcciones y significados sobreentendidos. Todo ello inundado de una sugerencia muy agradable en la lectura y de una belleza puntual bien escogida y tratada.

martes, 26 de julio de 2016

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Orán ya no te quiere, en Pateando el mundo

Jesús Lens, en Pateando el mundo, uno de los blogs del diario Ideal, comenta Orán ya no te quiere. Y me deja más contento que unas pascuas.

Orán ya no te quiere


Las calles de nuestras ciudades albergan historias que corren el riesgo de perderse entre los brillos de los neones, las paredes blanqueadas, los botellones y las tiendas de chinos que todo lo invaden. Historias, sin embargo, que es necesario rescatar del olvido, aunque ello suponga enfrentarnos a verdades incómodas que duelen, escuecen, pican y amargan.
 
Orán ya no te quiere
 
Vivimos en un siglo XXI que comenzó en 2001, en la Zona Cero de Nueva York y tendemos a pensar que nada de lo que ocurrió antes nos afecta. Pero no es así. De hecho, el propio 2001 hunde sus raíces en episodios históricos que vienen de los años 80. Y lo que pasó en los 80 está muy relacionado con lo que pasó en los 60. Etcétera.

Por eso, una novela como “Orán ya no te quiere”, protagonizada por Leire, una veinteañera de hoy en día que vive y trabaja en Pamplona, comienza realmente en África, hace más de cincuenta años.
 
Y por eso, aunque hoy vemos los Sanfermines retransmitidos vía satélite, en slow motion y con todo lujo de detalles, resultan más impactantes los que se celebraron en julio de 1936, unos días antes de que todo estallara por los aires.
 
 
 

viernes, 13 de noviembre de 2015

Orán ya no te quiere, en Diario de Noticias

Ayer, 12 de noviembre de 2015, Diario de Noticias publicó esta entrevista de Ana Oliveira Lizarribar a propósito de Orán ya no te quiere. La foto es de Javier Bergasa.




Carlos Erice traza una historia de guerra y exilio en su nueva novela negra

Pamplona y Argelia son las dos localizaciones principales de ‘Orán ya no te quiere’, con la que el autor abre la colección ‘Criminal’ de Traspiés
 
Ana Oliveira Lizarribar Javier Bergasa - Jueves, 12 de Noviembre de 2015 -
 
Pamplona - Leire, una joven ingenua sin más preocupaciones que tomar el sol, cuadrar sus turnos en el bar y ligar. Mehdi, argelino con residencia temporal en Pamplona que calla más de lo que cuenta. Y Peio, anciano con un pasado tormentoso marcado por tres guerras, la civil, que le pilló en Pamplona con la resaca de los Sanfermines; la 2ª Guerra Mundial, enrolado en la Legión Francesa, y la de Argelia durante la descolonización. Son los tres protagonistas de Orán ya no te quiere, la nueva novela de Carlos Erice, que con este trabajo inaugura la colección Criminal de Traspiés.

Sin duda, que una editorial te busque no es nada fácil. Lo habitual es que los escritores gasten sus nudillos tocando decenas de puertas. Por eso, Erice exhibe satisfacción por haber sido elegido primer autor de una nueva serie. “Supongo que poco a poco voy creciendo y haciéndome un nombre”, dice, aunque también siente “responsabilidad”, claro. Como ya es habitual y casi sello de identidad, Erice vuelve a echar mano del colonialismo. “El tema de las guerras coloniales me interesa mucho, ya lo he tratado en mi novelas anteriores -Beautiful Rhodesia y La granja de Perla-, aunque esta vez he situado la historia más cerca”. Concretamente en Orán, centro de la antigua Argelia francesa, donde hasta los años 60 del pasado siglo vivieron muchos exiliados españoles. Como Peio Aranguren, el abuelo de Leire, un hombre “con el culo pelao” inspirado “levemente” en la figura del comunista navarro Jesús Monzón, que huyó del golpe franquista y acabó refugiado en la colonia gala.

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miércoles, 28 de octubre de 2015

Presentación de Orán ya no te quiere

El próximo 11 de noviembre, miércoles, a las 18:30, en la librería Elkar de la calle Comedias, celebraremos la puesta de largo oficial de Orán ya no te quiere, mi nueva novela.

Estrenamos editorial, Traspiés, que inaugura conmigo su colección Criminal, y tendré (tendréis) la suerte de que me acompañen Carlos Bassas y Alejandro Pedregosa. Como de costumbre, no creo que digamos nada de fundamento, pero sin duda pasaremos un rato divertido.



A comienzos de 1961, la OAS, la Organización del Ejército Secreto, que se opone a la independencia de la Argelia francesa, desata una campaña de atentados terroristas.

Cincuenta años más tarde, un joven de origen argelino viaja a Pamplona con la esperanza de localizar a un antiguo militante nacionalista vasco, refugiado en Orán entre 1939 y 1962. 

Durante su búsqueda, el misterioso joven trabará amistad con la nieta del viejo exiliado; profundizará en el pasado de su ciudad natal y en el de su propia familia; conocerá de primera mano la situación de los inmigrantes magrebíes en la Europa actual y se sumergirá en la apasionante peripecia vital de un veterano de tres guerras, desde el alzamiento del general Mola en el final de los Sanfermines del 36 a la matanza de Orán de julio de 1962, pasando por la batalla del Ebro, los campos de concentración para republicanos españoles en el África francesa o la entrada triunfal de la división Leclerc, en París, en 1944.


Orán ya no te quiere retrata la vida de los pieds noirs levantinos en la Argelia de los años 40, 50 y 60 y narra el sufrimiento de la población civil, europea o musulmana, durante la guerra colonial. Y es, también, la crónica de unas migraciones de ida y vuelta, las de entonces y las de ahora, entre ambas orillas del Mediterráneo.


lunes, 6 de octubre de 2014

La fragilidad del neón, de Juan Laborda Barceló

Son varias las novelas ambientadas en la Argelia francesa y su guerra de independencia que, en los últimos tiempos, han llamado mi atención, desde Lo que el día debe a la noche y Los ángeles mueren por sus heridas de Yasmina Khadra hasta Asesinatos archivados, de Didier Daeninckx pasando por El arte francés de la guerra de Alexis Jenni, Hombres, de Laurent Mauvignier o Donde dejé mi alma, de Jérôme Ferrari.

Así que, en cuanto conocí el argumento de La fragilidad del neón, supe que me iba a interesar.

Linda Darnell
Y no me equivocaba.

Ramón Sandoval, un español exiliado en el París de 1961, es contratado por la actriz norteamericana Linda Darnell durante su visita a la capital francesa.

El siniestro Maurice Papon encarga a este antiguo comunista la protección de la estrella de Hollywood, ante un eventual atentado por parte de nacionalistas argelinos. Por su parte, Manuel, hermano de Ramón, combate en las filas del FLN al ejército colonial francés.

A través de esta trama, salpicada de innumerables referencias cinematográficas, históricas y artísticas, Juan Laborda construye un thriller que describe los años convulsos de la guerra de Argelia, el enfrentamiento a tres bandas entre De Gaulle, la OAS y el FLN y el sabor a derrota que acompañó durante décadas a los republicanos españoles exiliados en Francia.

Es esta una novela amarga, dura y vibrante, que mantiene el interés hasta alcanzar su culminación con la masacre de París, y que atrapa a cualquiera que comparta mi pasión por el final de la presencia colonial europea en África.

Ojalá que La fragilidad del neón alcance el éxito y la repercusión que merece.




 

martes, 18 de febrero de 2014

Asesinatos archivados, de Didier Daeninckx

El 17 de octubre de 1961, mientras en Argelia se libraban los combates más violentos de su guerra de independencia, una manifestación de argelinos de París, que protestaban por el toque de queda al que se veían sometidos, acabó en masacre.

Esa misma noche, en el fragor de la represión de los gendarmes, un profesor francés de Historia es asesinado. Veinte años después, su hijo, también.

En este marco histórico, Didier Daeninckx construye Asesinatos archivados (ed. Akal), una novela negra colosal que navega entre el thriller político y la intriga policíaca.

Siempre había pensado que los franceses habían tardado demasiados años (casi cincuenta) en sacudirse los fantasmas que rodean la descolonización de Argelia. Tenemos buenos ejemplos en la actualidad, Hombres, de Laurent Mauvignier, o Donde dejé mi alma, de Jérôme Ferrari.

Pero no, con esta novela me he llevado la sorpresa de que el señor Daeninckx ya lo hizo en 1983.

Con un ritmo perfectamente medido y todos los ingredientes del género (inspector de provincias, intereses gubernamentales ocultos, un poco de amor imposible), Asesinatos archivados nos lleva también al otro gran tabú que pesa sobre la conciencia francesa, la colaboración con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Desde luego, esta novela me ha chiflado, no solo porque toque palos de la Historia del siglo XX que siempre me han interesado, sino por la forma con la que el autor supo construir la trama.

Y en menos de 200 páginas, que no hace falta un kilo de papel para armar buenas historias, coño.
 

lunes, 19 de marzo de 2012

Los Acuerdos de Evian

Oigo en la radio que a primera hora de esta mañana se ha producido un tiroteo a la entrada de un colegio judío en Toulouse. Han muerto tres alumnos y un profesor de hebreo. Al parecer, el calibre del arma empleada coincide con el usado en el asesinato de tres militares franceses la semana pasada.

Ante noticias así, no puedo evitar ponerme el traje de conspiranoico y relacionar estos crímenes con una posible resurrección de la OAS, justo cuando ayer se cumplieron cincuenta años de los Acuerdos de Evian. En esta localidad francesa se reunieron, durante semanas, representantes del gobierno francés y del Frente de Liberación Nacional, para tratar el alto el fuego y los términos bajo los cuales debía celebrarse el referéndum para la autodeterminación de Argelia.

Argelinos festejan la firma de los Acuerdos de Evian

Estos acuerdos supusieron, pues, el final a ocho años de guerra. Desde 1830, Argelia había sido parte integrante del estado francés y su territorio dividido en departamentos, con la misma entidad jurídica que los metropolitanos. Sus vecinos Marruecos y Túnez ostentaban un estatus diferente, el de protectorados.

En 1954, la población de Argelia estaba dividida entre el millón de habitantes de origen europeo, los pied noirs, de nacionalidad francesa y con íntegros derechos civiles y políticos, y los ocho millones de habitantes de religión musulmana, conocidos como indigènes, a los que se negaban dichos derechos. En esta situación de discriminación se pueden hallar las bases del nacionalismo argelino, que surge durante la Segunda Guerra Mundial y alcanza su cénit con el nacimiento del FLN y su apuesta por la lucha armada a partir de 1954.

La guerra de Argelia costó la vida de aproximadamente 500.000 musulmanes y 30.000 franceses; en ambos casos, la mayor parte de las víctimas fueron civiles.

Ben Bella, primer presidente de Argelia
Los puntos principales de los Acuerdos de Evian establecían el alto el fuego a partir del 19 de marzo de 1962, la convocatoria de un referéndum sobre la independencia de Argelia y, en el caso de que ésta fuera aprobada, la retirada progresiva del ejército francés y garantías para la población de origen europeo (franceses, españoles, italianos y judíos, principalmente).

El alto el fuego fue quebrado de forma prácticamente inmediata por la OAS, la Organisation de l'Armée Secrete, opuesta a la independencia, con atentados en Argelia y Francia, y el FLN, que siguió hostigando a los colonos europeos.

La independencia fue proclamada el 5 de julio de 1962 y los pieds noirs abandonaron en masa la Argelia que les había acogido durante generaciones. El siguiente vídeo recoge algunas imágenes de aquel éxodo precipitado.



La OAS juró venganza y llegó a atentar en repetidas veces, sin éxito, contra la vida de Charles De Gaulle, como reflejó magistralmente Frederick Forsyth en su Chacal.

Los acontecimientos de estos días en Toulouse y Montauban me llevan a pensar en un macabro resurgir de la OAS, aprovechando este cincuentenario y la proximidad de las elecciones presidenciales francesas, en las que, una vez más, la familia Le Pen se envuelve en la bandera y los recuerdos de los viejos pieds noirs.

lunes, 24 de octubre de 2011

La masacre de París

Estos días se cumplen cincuenta años de lo que franceses y argelinos conocen como la masacre del 17 de octubre o masacre de París.

En aquel otoño de 1961 en Argelia se estaban librando los últimos pero al mismo tiempo más feroces combates de su guerra de independencia, guerra que concluiría en marzo del 62 para desembocar en la separación de Francia en julio de ese mismo año.

Esa situación de pseudo guerra civil que se vivía en Argelia se había trasladado en cierto modo a la metrópoli, donde la OAS, grupo terrorista de ultraderecha, opuesto a la independencia de los departamentos del otro lado del Mediterráneo, sembraba el país de bombas, día sí y día también, lo que provocaba las protestas de la población musulmana de la capital francesa.





El 17 de octubre de 1961 una manifestación convocada contra el toque de queda impuesto a los argelinos de París fue reprimida salvajemente. Hay cálculos que hablan de doscientos muertos, los gendarmes asesinaban impunemente por las calles y arrojaban los cadáveres al Sena. Cientos de familias fueron internadas en estadios deportivos, convertidos en campos de concentración y, finalmente, deportadas a Argelia.

Hasta la década de los 90, el estado francés no reconoció aquellos crímenes.

Solo hace cincuenta años.