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jueves, 6 de octubre de 2016

A Granada (Noir) hemos de ir

En momentos como este se suele recurrir al sobadísimo tópico de que estoy llenando la maleta de sueños, antes de partir rumbo a Granada. Pues no, no, la estoy llenando con un par de mudas limpias, como me enseñó mi madre, y el paraguas y la chaquetica, por si refresca.

Y libros.

Libros, sí, que para eso vamos.

Para hablar de libros, pero también de cine, y de periodismo, y de cuantas formas de expresión, arte y comunicación se conciten en este potentísimo festival dedicado al género negro que es Granada Noir.



Tendréis ocasión de verme (por desgracia) este sábado 8 de octubre, a las 17 horas, en el Museo Cajagranada. Me acompañará (por suerte) el novelista cubano Gerardo Errasti. Juntos hablaremos, posiblemente, de servicios secretos, espías, terroristas y clandestinidades, temas a veces algo olvidados en estos festivales. Y de literatura, claro.

Será un placer encontrarnos.

La verdad es que estoy contento.

Mi última visita a Granada se produjo en 2011, para recoger el Premio Paso del Estrecho.

Ya era hora de volver, pues.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Jose Javier Abasolo reseña Orán ya no te quiere en Nadie es inocente

Por si no lo sabéis, que lo dudo, Jose Javier Abasolo es de Bilbao. Y del Athletic.

Además, un experto en novela negra y un escritor afamado (merecidamente).

Y ya le ha hecho ficha a Orán ya no te quiere en su blog Nadie es inocente.


Título: ORÁN YA NO TE QUIERE
Autor: CARLOS ERICE AZANZA
Editorial: TRASPIÉS
Trama: A Leire, una joven camarera de Pamplona, como muchas de su edad, le gusta encontrarse con su abuelo en la residencia en la que vive, para oírle contar sus viejas historias de luchador republicano, mientras intenta averiguar por qué no se habla con sus padres. Mientras tanto un joven argelino traba amistad con ella, aunque esa amistad quizás sea tan sólo una excusa para poder acercarse a su anciano abuelo y al secreto que éste guarda.
Personajes: Leire Aranguren, joven pamplonica alegre y vital a la que le gusta su trabajo, ir de fiestas con sus amigos, hablar con su abuelo y muchas otras cosas propias de su generación, de un modo sencillo y vital, su abuelo Peio, que de joven, en tiempos de la Guerra Civil, tuvo que exiliarse por ser nacionalista y fiel a la República, participando no sólo en la Guerra Civil sino en la II Guerra Mundial, lo que le dejó secuelas no necesariamente físicas, Susana, la mejor amiga de Leire, que la apoya en todo momento y a la que Leire también apoya cuando se encuentra en horas bajas, siempre dispuestas a irse juntas de copas o a las piscinas, Mehdi Bouzekri, joven inmigrante argelino, que vive con otros tres magrebíes en un piso de Pamplona mientras finge que busca trabajo y se interesa por Leire y su abuelo.
 
 
 

lunes, 16 de noviembre de 2015

Fotos de la presentación de Orán ya no te quiere

Pese a la ausencia de Alf Etxarte, mi fotógrafo de cabecera, al fin he podido hacerme con algunas imágenes de la presentación de Orán ya no te quiere, el pasado 11 de noviembre, en Elkar Comedias, en Pamplona.

Aquí os las dejo, para que cotilleéis (seguro que os importa menos saber que Alejandro Pedregosa y yo hablamos de personajes, escenarios y estructuras, que mi padre contó alguna anecdotilla adolescente y que luego nos fuimos a echar unas cañas).

Con Orán


Con Alejandro


Con mi gente


 

viernes, 13 de noviembre de 2015

Orán ya no te quiere, en Diario de Noticias

Ayer, 12 de noviembre de 2015, Diario de Noticias publicó esta entrevista de Ana Oliveira Lizarribar a propósito de Orán ya no te quiere. La foto es de Javier Bergasa.




Carlos Erice traza una historia de guerra y exilio en su nueva novela negra

Pamplona y Argelia son las dos localizaciones principales de ‘Orán ya no te quiere’, con la que el autor abre la colección ‘Criminal’ de Traspiés
 
Ana Oliveira Lizarribar Javier Bergasa - Jueves, 12 de Noviembre de 2015 -
 
Pamplona - Leire, una joven ingenua sin más preocupaciones que tomar el sol, cuadrar sus turnos en el bar y ligar. Mehdi, argelino con residencia temporal en Pamplona que calla más de lo que cuenta. Y Peio, anciano con un pasado tormentoso marcado por tres guerras, la civil, que le pilló en Pamplona con la resaca de los Sanfermines; la 2ª Guerra Mundial, enrolado en la Legión Francesa, y la de Argelia durante la descolonización. Son los tres protagonistas de Orán ya no te quiere, la nueva novela de Carlos Erice, que con este trabajo inaugura la colección Criminal de Traspiés.

Sin duda, que una editorial te busque no es nada fácil. Lo habitual es que los escritores gasten sus nudillos tocando decenas de puertas. Por eso, Erice exhibe satisfacción por haber sido elegido primer autor de una nueva serie. “Supongo que poco a poco voy creciendo y haciéndome un nombre”, dice, aunque también siente “responsabilidad”, claro. Como ya es habitual y casi sello de identidad, Erice vuelve a echar mano del colonialismo. “El tema de las guerras coloniales me interesa mucho, ya lo he tratado en mi novelas anteriores -Beautiful Rhodesia y La granja de Perla-, aunque esta vez he situado la historia más cerca”. Concretamente en Orán, centro de la antigua Argelia francesa, donde hasta los años 60 del pasado siglo vivieron muchos exiliados españoles. Como Peio Aranguren, el abuelo de Leire, un hombre “con el culo pelao” inspirado “levemente” en la figura del comunista navarro Jesús Monzón, que huyó del golpe franquista y acabó refugiado en la colonia gala.

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miércoles, 28 de octubre de 2015

Presentación de Orán ya no te quiere

El próximo 11 de noviembre, miércoles, a las 18:30, en la librería Elkar de la calle Comedias, celebraremos la puesta de largo oficial de Orán ya no te quiere, mi nueva novela.

Estrenamos editorial, Traspiés, que inaugura conmigo su colección Criminal, y tendré (tendréis) la suerte de que me acompañen Carlos Bassas y Alejandro Pedregosa. Como de costumbre, no creo que digamos nada de fundamento, pero sin duda pasaremos un rato divertido.



A comienzos de 1961, la OAS, la Organización del Ejército Secreto, que se opone a la independencia de la Argelia francesa, desata una campaña de atentados terroristas.

Cincuenta años más tarde, un joven de origen argelino viaja a Pamplona con la esperanza de localizar a un antiguo militante nacionalista vasco, refugiado en Orán entre 1939 y 1962. 

Durante su búsqueda, el misterioso joven trabará amistad con la nieta del viejo exiliado; profundizará en el pasado de su ciudad natal y en el de su propia familia; conocerá de primera mano la situación de los inmigrantes magrebíes en la Europa actual y se sumergirá en la apasionante peripecia vital de un veterano de tres guerras, desde el alzamiento del general Mola en el final de los Sanfermines del 36 a la matanza de Orán de julio de 1962, pasando por la batalla del Ebro, los campos de concentración para republicanos españoles en el África francesa o la entrada triunfal de la división Leclerc, en París, en 1944.


Orán ya no te quiere retrata la vida de los pieds noirs levantinos en la Argelia de los años 40, 50 y 60 y narra el sufrimiento de la población civil, europea o musulmana, durante la guerra colonial. Y es, también, la crónica de unas migraciones de ida y vuelta, las de entonces y las de ahora, entre ambas orillas del Mediterráneo.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Una decisión peligrosa, de José Javier Abasolo

Pese al intento de conquista en 1512 por parte de Fernando el Católico (también conocido como el Falsario), en 1940 el Reino de Navarra sigue siendo un estado independiente a ambas faldas de los Pirineos.

Con esta premisa tan sugerente, José Javier Abasolo construye una ucronía (lo que los británicos llaman whatif) en su última novela, Una decisión peligrosa.

Nuestro viejo reino, encajonado entre la España franquista y la Francia ocupada por los nazis, mantiene una difícil neutralidad ante el conflicto europeo y el rey Teobaldo IV es la cabeza de la Iglesia Reformada de Navarra, una Navarra donde el protestantismo es la religión predominante, judíos y católicos son minoría y el Athletic Club ha ganado ocho ligas consecutivas (el autor no nos aclara si en su plantilla figuran jugadores franceses y riojanos).

A partir del asesinato del arzobispo católico de Pamplona y cardenal primado de Navarra, Abasolo construye un thriller político y de espionaje, en el que Iruñea es un hervidero de agentes secretos que tratan de arrastrar al pequeño estado pirenaico a sus respectivos bandos en guerra.

Pero, ante todo, y como cabía esperar, Abasolo ofrece una nueva lección de literatura policíaca, con personajes sólidos pero contradictorios (espectacular el comisario Da Silva) y una trama envolvente y de final, cómo no, inesperado; todo ello, como decimos, en un escenario histórico tan sugerente como atractivo que el autor maneja con solvencia para dibujar paralelismos con ciertas situaciones dramáticas sufridas en nuestra tierra.

La única duda que me queda, desasosegante, es la de cómo nos apañaríamos los pamploneses protestantes para honrar a San Fermín.

Que, por cierto, ya falta menos.

 

domingo, 19 de octubre de 2014

La tercera versión, de Antonio Manzanera

Dicen que los años 80, con la llegada al poder de Ronald Reagan en Estados Unidos, supusieron un recrudecimiento de la Guerra Fría, con una escalada en la carrera armamentística y un incremento en las actividades de espionaje y contraespionaje de las dos grandes superpotencias.

En este marco histórico, Antonio Manzanera se lanza a novelar la rocambolesca deserción a Estados Unidos del coronel del KGB Vitaly Yurchenko y su posterior regreso, como un héroe, a la URSS. Más allá de la plausibilidad de la teoría que expone Manzanera en La tercera versión, su mayor mérito es el artificio literario que el autor emplea para narrar este misterioso episodio histórico. En la literatura se ha recurrido en muchas ocasiones a este truco, el de contar varias veces la misma historia, según la versión o la visión de sus distintos protagonistas. Y, como digo, este es el verdadero valor de La tercera versión.

Así, en este juego de información y desinformación al que se entregan siempre con entusiasmo los servicios secretos internacionales, Manzanera desgrana las distintas versiones a un ritmo frenético, entremezclando con habilidad documentos y testimonios (el autor sabrá si reales o fruto de su imaginación) y sin perder de vista nunca el objetivo de hacer buena literatura.

Tras El informe Müller y La suave superficie de la culata, novelas en la que el autor buceó en dos muertes tan misteriosas como las de Hitler y Kennedy, con La tercera versión Antonio Manzanera se confirma como una de las voces más originales y sólidas de la narrativa de espionaje en español.

No le perdáis la pista.

 

lunes, 7 de octubre de 2013

Balance de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión 2013

Vuelven los libros a las cajas de cartón, esperando a otra feria, aunque muchos ahora estén repartidos en las estanterías de tantos hogares.

Como siempre, han sido días de placer buscando y rebuscando esas novelas que siempre he querido tener.

Aquí va la lista de adquisiciones de este año, novela negra, navarra, ambientada en África, en Rusia o en la India británica. Ahora solo nos queda esperar a que llueva para disfrutarlos en mi sofá.

  • Las huellas erradas, de Eduardo Iriarte.
  • Cosecha roja, de Dashiell Hammett.
  • Violetas para Olivia, de Julia Montejo.
  • Canta la hierba, de Doris Lessing.
  • Sólo una muerte en Lisboa, de Robert Wilson.
  • La maravillosa vida breve de Óscar Wao, de Junot Díaz.
  • Reparto de despojos, de Paul Scott.
  • La casa Rusia, de John le Carré.
  • La justicia de los errantes, de Jorge Díaz.
  • La canción de Mbama, de Javier Reverte.


Os dejo con un fragmento de la gran serie británica La Joya de la Corona, basada en la tetralogía de Paul Scott El cuarteto del Raj, y que se cierra con ese Reparto de despojos que ya me está esperando.

 
 

jueves, 12 de septiembre de 2013

El informe Müller, de Antonio Manzanera

Ya hemos comentado en otras ocasiones que la novela de espías en castellano vive una época de esplendor, gracias a autores como Andrés Pérez Domínguez, Carlos Díaz Domínguez o, en cierto modo, Ignacio del Valle.

A este trío se ha unido recientemente Antonio Manzanera con El informe Müller, novela ambientada en la Alemania de postguerra, en la que un historiador británico y un agente de la CIA investigan el paradero de Heinrich Müller, el antiguo jefe de la Gestapo.

Tras un arranque soberbio, que destila aroma a las mejores novelas clásicas del género de Frederick Forsyth y John Le Carré y en el que nos encontramos con la pista de personajes paradigmáticos de la Guerra Fría como Burgess o Kim Philby, los dos investigadores desgranan a través de sus pesquisas aspectos tan interesantes como los últimos días de vida de Adolf Hitler en el búnker de Berlín o la intrincada red de espías y agentes dobles que se formó en Europa, a ambos lados del Telón de Acero, tras la Segunda Guerra Mundial.

Manzanera (que los economistas nos dediquemos a la literatura en tiempos de crisis dice mucho de la época que vivimos) emplea con acierto una estructura narrativa lineal, en esa Alemania de mediados de los años 50, con frecuentes flashbacks al ocaso nazi, para ir incrementando paulatinamente el ritmo y la intensidad de la obra conforme esta se acerca a su desenlace.

El informe Müller es, pues, una novela apasionante para cualquier aficionado al género, tal vez un poco fría en ocasiones, característica que, por otra parte, tampoco desentona en un entorno como el de aquellos personajes que se vieron envueltos en el final de una guerra tan atroz como la de 1939-1945 y en el arranque del conflicto que dividió al mundo en dos bloques durante más de cuarenta años, hasta la caída del Muro de Berlín.

lunes, 6 de mayo de 2013

El cooperante, de Javier Oliva

A estas alturas de la película, no es sorpresa para nadie confesar que me gustan las historias africanas. Me gusta leerlas y me gusta escribirlas.

Por eso, cuando hace unos meses Ledoria anunciaba la publicación de El cooperante, novela ambientada en Guinea Ecuatorial, empecé a salivar.

Javier Oliva vino a presentarla a Pamplona, a Elkar Comedias, la vieja Xalbador, a finales de marzo. Congregó a un buen número de fans latentes, a los que nos contagió su pasión verborreica por África. Yo, claro, salivando aún más.

Porque este tío ha sabido mezclar sabiamente en un novelón de más de setecientas páginas la crónica del trabajo cotidiano de un grupo de cooperantes en la vieja colonia española con una absorbente trama de tráfico de drogas y armas.

Y ha conseguido dibujar un personaje, Héctor Boomerang, cínico, descreído y contradictorio, que ha pasado a formar parte de la galería de los mejores agentes secretos que me he encontrado en mi vida lectora. Quién sabe si algún día a Javier le da por recuperarlo y mandarlo de nuevo a África.

Merecería la pena.

Porque El cooperante es todo un regalo para los amantes de los etnothrillers.

 

lunes, 25 de marzo de 2013

Lágrimas sobre Gibraltar

Alguna vez he comentado la escasa atención que la literatura española ha prestado a la novela de espías. Así como el género negro en castellano ha sido siempre pujante y en la actualidad vive una época de esplendor, los agentes secretos (tal vez por eso, por ser secretos) no han gozado de demasiada presencia en los escaparates de nuestras librerías. Afortunadamente, existen algunas excepciones, como las encarnadas por Andrés Pérez Domínguez y, en cierto modo, por Ignacio del Valle.

Pues bien, estos días he descubierto a alguien que puede erigirse en la gran figura del género. Me refiero a Carlos Díaz Domínguez y a su espléndida novela Lágrimas sobre Gibraltar.

Ambientada al final de la década de los 60, cuando Franco decidió cerrar la verja que separaba la colonia británica del resto de la Península Ibérica, Lágrimas sobre Gibraltar describe un plan para la invasión militar de la Roca.

Narrada con ritmo trepidante y exquisita perfección formal, nos introduce en un apasionante duelo de espías entre los entonces incipientes servicios secretos españoles, el Seced, precursor del Cesid y del actual CNI, y los legendarios MI5 y MI6 británicos. Para ello, Díaz Domínguez no duda en mezclar en la trama personajes de ficción con reales como Carrero Blanco, el premier inglés Harold Wilson y el propio Franco; incluso, el autor juega con la presencia del seleccionador español de fúbol Kubala y jugadores de la época como Asensi o Gento, pues un partido de fútbol entre las selecciones de España y Finlandia será la tapadera perfecta para concentrar a cientos de legionarios en la frontera gibraltareña.


Nos encontramos, pues, ante un novelón de esos que se leen en un suspiro, que hará las delicias de los amantes del género y vencerá las reticencias de aquellos que consideran que la novela de espías es un género menor.

Porque, ante todo, Lágrimas sobre Gibraltar es un ejemplo de alta literatura; eso sí, la mar de entretenida, algo que, desconozco la razón, repugna a tanta gente.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Rhodesia y el Premio Planeta

—Cuarenta mil pelas. Las tengo siempre a punto por si me viene el impulso. Es lo que cuesta llegar a París y aguantar unos días mientras te alistan en una tropa de mercenarios para África. El día que me cabree, la armo y me voy a Rhodesia.

—En Rhodesia ya hay un gobierno negro.

—¿También en Rhodesia? Se pudre todo. Pues me voy a África del Sur, con ésos no podrán, ésos lo tienen claro.




 
Los mares del Sur.
Manuel Vázquez Montalbán.
Premio Planeta 1979.


martes, 24 de julio de 2012

Ignacio del Valle

Hace algún tiempo intercambié con Eduardo Laporte una serie de twits, tuits o como se escriba, sobre novelas de playa y novelas de sofá, sobre novelas livianas, aptas para ser leídas en cualquier parte, y novelas que requieren una cierta concentración para su lectura. Para mi asombro, Eduardo defendía su capacidad para el disfrute de la literatura en la playa, aunque algún cuerpo humano con determinadas características pudiera llegar a distraerle fugazmente.

A mi juicio, existe un ambiente menos propicio aún para la lectura, como es el de un hospital, un ambiente que me ha tocado vivir recientemente. Y oigan, hay que ser muy hábil escribiendo para captar la atención de un lector que se encuentra en semejante ambiente, con personal médico, de enfermería, pastillas, oxígenos, visitas, análisis y tubos por todas partes.

En una de esas jornadas sanitarias abrí El tiempo de los emperadores 
extraños, de Ignacio del Valle. Había oído hablar de sus obras, de Silencio en la nieve, peli basada en esta novela protagonizada por Juan Diego Botto y Carmelo Gómez, contaba con referencias excelentes y hasta me había convertido en seguidor suyo en ese chisme llamado Twitter.

Más de una vez he leído las quejas de Andrés Pérez Domínguez sobre un cierto desprestigio que acompaña a las novelas de nazis. La de Ignacio del Valle también juega con este elemento, y tanto a él como a Andrés puedo decirles que no se preocupen, que si siguen siendo capaces de escribir así de bien, no habrá crítico con la jeta suficiente para dejar sus novelas en mal lugar.

Porque El tiempo de los emperadores extraños no es solo un thriller trepidante, excelentemente ambientado en las andanzas de la División Azul en las estepas heladas que rodeaban Leningrado a finales de 1943; no es solo la historia de un asesino en serie, una novela de venganzas y rencores, sino que también es un alarde de técnica narrativa, sabiamente equilibrada en el fondo y en la forma, y que consigue atrapar tu alma aunque la tengas distraída por la salud de la mujer que te trajo al mundo.

Gracias, pues, Ignacio, por los ratos que me has hecho pasar, y me apunto a seguir con entusiasmo el resto de tu carrera literaria.


martes, 24 de abril de 2012

La intérprete (The interpreter)

Tras rodar alguna peli romántica como Sabrina y sus amores, Sidney Pollack regresó al thriller en 2005 con La intérprete, en la que dirigió a unos espléndidos Sean Penn y Nicole Kidman (la australiana espléndida en muchos sentidos, todo hay que decirlo).

El otro día volví a verla, con esa escena inicial, rodada en la antigua plaza de toros de Maputo, en Mozambique, donde se produce un crimen.

Foto: Herculano Tumbo (Google Earth)

Nicole encarna a Silvia, una intérprete de las Naciones Unidas, de origen africano, y que escucha accidentalmente una conversación en ku, uno de los idiomas del país en el que se crió y donde está enterrada su familia. Dicha charla constituye el eje de la trama de la película, pues de ella se deduce una más que posible conspiración para ejecutar un magnicidio.

La lengua empleada, el ku, un idioma ficticio, se supone originario de un país también ficticio, Matobo.

Curiosamente, Matobo es un topónimo real. Es una región del sur de Zimbabwe y no son pocos los que encuentran paralelismos entre ese país y la situación de la antigua Rhodesia.

No en vano, Matobo sufre una dictadura, en la que el presidente Zuwanie ha pasado, en unas décadas, de libertador a opresor de su pueblo, circunstancia que recuerda claramente a la actuación de Mugabe en Zimbabwe.

Sean Penn, un agente secreto triste y golpeado por la vida, investiga el entorno de Silvia, la empleada de las Naciones Unidas, de la que sospecha y a la que al mismo tiempo protege.

Así pues, La intérprete es una película absolutamente recomendable para fans de las historias africanas, en las que los crímenes enfrentan a blancos y negros.

Vamos, un etnothriller en toda regla, como Beautiful Rhodesia. ¿O no?




jueves, 12 de abril de 2012

El médico de Ifni

A comienzos de 1976, España abandonó su provincia del Sahara en manos de los gobiernos marroquí y mauritano. Abandonó el territorio y, sobre todo, abandonó a sus habitantes, españoles con DNI hasta unos pocos días antes.

Javier Reverte, tal vez el autor africanista más leído en lengua española, retrata estos acontecimientos en El médico de Ifni.

Bajo la apariencia de novela de espionaje o incluso negra (otro que se apunta al etnothriller, aunque unos cuantos años antes que yo), nos da a conocer la historia del movimiento independentista saharaui a comienzos de los 70, la represión española, el éxodo de su población y la vida en los campos de refugiados en Tindouf.

Es una historia sobre el amor, las relaciones familiares, los oscuros intereses de ciertos gobiernos y sobre la cínica habilidad de ciertos personajes para mantenerse siempre en los alrededores del poder, como, por ejemplo, Alberto Balaguer, agente secreto y uno de los protagonistas de esta novela.

No seré yo quien descubra las habilidades narrativas de Javier Reverte, pero sí me parece una ocasión estupenda para recordar el sufrimiento del pueblo saharaui que, treinta y seis años después, sigue tan vivo.


Como testimonio, dejo este interesante vídeo de Juan Cabrera que, como tantos, hizo la mili en el Sahara Español en aquella época.

jueves, 19 de enero de 2012

Verano del 43

Hasta este blog suelen llegar visitantes de diverso pelaje: gente de mi cuadrilla, del trabajo, de mi familia (¡hola tita!), gente a la que le ha gustado mi novela, gente a la que no, gente que escribe, gente que lee y cae incluso quien gusta de los Sanfermines y las historias de espías.

Para estas dos últimas categorías rescato un artículo publicado hace ya algunos años en blogsanfermin.com.


Verano del 43

Una mañana de comienzos de julio de 1943, en plena II Guerra Mundial, Hans Schaeffer, nacido en Buenos Aires, de padres austríacos, tomó el Plazaola en la donostiarra estación de Amara. Su destino, como el de muchos otros oficiales y soldados alemanes destinados en el País Vasco-Francés, Pamplona y sus recién iniciadas fiestas de San Fermín.

Pero Shaeffer no era un oficial como los demás. De hecho viajaba de paisano y con pasaporte argentino falso. Su misión, en la que llevaba inmerso casi dos años, consistía en intentar desmantelar la red de mugalaris y contrabandistas que ayudaban a los espías y pilotos aliados derribados a cruzar la frontera franco-española, en su ruta de huida hacia el Gibraltar británico.

Se alojó en el desaparecido Hostal Burguete de la calle San Nicolás, situado más o menos a la altura del actual bar Iru. Durante esos días se hizo habitual de los encierros en un balcón de la calle Estafeta, de una barrera de sombra en nuestra Plaza de Toros y fue común encontrarle cenando en tascas del Casco Viejo tras la corrida para perderse después en los conciertos, bailes o espectáculos revisteriles que solía organizar el bar Baserri. Varias de aquellas noches las acabó en la bodega del Iruña (actual bar Subsuelo) donde, unido a una variopinta mezcla de nativos y visitantes, se pulía todo el vino que podía, cantaba al compás de guitarras y acordeones, intentaba ganarse la atención de las chicas de dudosa reputación que acudían a aquel antro y daba cuenta del caldico que les llevaba a las dianas y al nuevo día.

La noche del 11 al 12 de julio protagonizó en dicha bodega una agria disputa con el periodista sueco Stephan Johansson, al parecer por los favores de Rosa, una famosa prostituta de la calle Curia. Los dos hombres, envalentonados por el vinorro y el anís, salieron a la belena de Pintamonas dispuestos a resolver sus diferencias.

Hans Schaeffer nunca fue visto de nuevo en Pamplona.

Y el tal Johansson resultó ser Frank McCormack, nombrado unos años más tarde director adjunto del MI6, el servicio secreto británico.

martes, 29 de noviembre de 2011

Paesa

Dentro del póker de agentes secretos europeos, en el que destacan Philby o Burgess con sus actividades dobles o triples, Paesa se lleva el as de diamantes, como ha demostrado hoy saltando a los titulares de la prensa a sus 75 años.

En Sierra Leona le han pescado al tío. Dicen que intentando cerrar un trato en el mercado negro de las antigüedades, de la droga o de los diamantes. Asistido por su sobrino, nada menos. Qué tendrá esa familia.

El caso es que su carrera de embaucador al servicio de los gobiernos comenzó poco después de que Fraga Iribarne concediera la independencia a Guinea Ecuatorial. Allí trabajó para el Banco Nacional de Guinea hasta que intentó estafar al dictador Macías.

Paesa, en los 70, con la viuda de Sukarno (AGENCIAS/ABC)
De ahí saltó a Suiza donde continuó con su afición por las dictaduras del tercer mundo liándose con la viuda de Sukarno, expresidente de Indonesia.

De esa época datan también sus relaciones con los servicios secretos de la Europa comunista (lo que no le impidió también contactar con los de las dictaduras chilena y argentina) e intentó vender armas a Jomeini.

En los 80 dicen que toreó a ETA, al GAL y al gobierno del PSOE. Y que colaboró con los tres.

Su mayor golpe mediático fue la captura del exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, en Laos. Aparte de entregarlo a la justicia española, le birló, dicen, 300 millones de pesetas.

En 1998 publicó su propia esquela, tras su muerte en Tailandia, y encargó misas por el bien de su alma.

Años después reapareció, vivo, en París, donde ha llevado una jubilación discreta hasta que le han pillado, asesorando, en Sierra Leona.

Y luego algunos dicen que los personajes de John Le Carré no son creíbles. Desde luego, Miguel Arnaiz, que protagoniza Beautiful Rhodesia, va a parecer un aficionao.