miércoles, 25 de septiembre de 2013

Volvemos a la senda del triunfo

Ayer se hizo oficial. Tras un par de años de menciones, accésits y puestos de finalista, he vuelto a ganar un concurso. Ha sido en Guadix, en Granada.

Para quienes disfrutamos alimentando el ego, recibir una noticia de este pelo nos hace sacar pecho, pues han concurrido más de cien relatos, procedentes de todos los países de habla hispana.

El jurado de la primera edición del Certamen Internacional Reino de Tartessos ha tenido la osadía, pese al riesgo que ello supone, de premiar mi relato Ese condenado hombre del tiempo.

En esta historia, que tanto debe a lo que yo llamo ruralismo mágico, todo un pueblo se agolpa ante el televisor para conocer, en blanco y negro, el pronóstico meteorológico en vísperas de vendimia. De este modo se establece una pugna, a través de los años, entre agricultores y ese condenado hombre del tiempo, que siempre, creen, les arruina los viñedos.

Padaya editará un libro con este relato y el resto de finalistas.

Aquí podéis conocer el contenido del fallo del concurso.

Solo me queda darle las gracias al jurado y animar a la organización para que esta sea la primera de muchas ediciones de este certamen literario.

Gracias, pues, de nuevo.

A todos.

A todas.

 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Feria del Libro Antiguo y de Ocasión 2013

Ya tenemos instalada en la plaza del Castillo de Pamplona esa reunión de chollos y joyas en forma de libros. El sol acompaña (que dure) y da gusto ver los puestos repletos de público; ¿quién dice que el libro ha muerto cuando hay tanta gente dispuesta a darle segundas y terceras oportunidades?

La tendremos abierta hasta el 6 de octubre, todos los días, de 11 a 2 por las mañanas y de 5 a 9 por las tardes.

Ya he hecho mis primeras incursiones y me esperan en casa una Nobel de Literatura, Doris Lessing, un clásico de la novela negra, Dashiell Hammett y dos ejemplos de narrativa navarra contemporánea, Eduardo Iriarte y Julia Montejo.

Son estos, pues, días de búsqueda, de salivar y de hacerle estropicios al bolsillo.

Pero qué gusto.

Y, además, este año estrenan espacio en la web.

 

martes, 17 de septiembre de 2013

Finalistas y finalista

Hace unos días se dio a conocer la lista de finalistas del Premio Setenil al mejor libro de relatos editado en el último año.

Produce mucha alegría encontrarte entre ellos a autores a los que admiras, como Montero Glez, a los que te ganan un premio tras otro, como Miguel Sánchez Robles, o, simplemente, a los que escriben como los ángeles, como Patxi Irurzun.

Desde luego, a ver si hay suerte y gana Patxi; así, de paso, igual hasta me invita a una caña.

Estos son los diez títulos seleccionados:

La tristeza de las tiendas de pelucas, de Patxi Irurzun (Pamiela)
Aquí yacen dragones, de Fernando León de Aranoa (Seix-Barral)
Lazos de sangre, de Lola López Mondéjar (Páginas de Espuma)
Interior azul, de Anna R. Ximenos (Fondo de Cultura Económica)
Las batallas silenciosas, de Juana Cortés Amunarriz (Baile del Sol)
Vae victis, de Luis del Romero Sánchez-Cutillas (Tantin)
Vigilias efímeras, de Sergio Coello (Atlantis)
La piel de los extraños, de Ignacio Ferrando (Menoscuarto)
La soledad de los gregarios, de Miguel Sánchez Robles (Diputación de Cáceres)
Polvo en los labios, de Montero Glez (Lengua de Trapo).

Por otra parte, también se ha fallado un concurso novedoso, el Sucedió en la Feria, dedicado a las fiestas de Albacete que hoy terminan y en la que he resultado finalista, condición que he compartido con otro señor cuya obra admiro, Miguel Ángel Carcelén, que me precedió en su día en el palmarés del Premio de Novela López Torrijos.

Apoyando a Patxi Irurzun (foto Carmelo Butini)


 

jueves, 12 de septiembre de 2013

El informe Müller, de Antonio Manzanera

Ya hemos comentado en otras ocasiones que la novela de espías en castellano vive una época de esplendor, gracias a autores como Andrés Pérez Domínguez, Carlos Díaz Domínguez o, en cierto modo, Ignacio del Valle.

A este trío se ha unido recientemente Antonio Manzanera con El informe Müller, novela ambientada en la Alemania de postguerra, en la que un historiador británico y un agente de la CIA investigan el paradero de Heinrich Müller, el antiguo jefe de la Gestapo.

Tras un arranque soberbio, que destila aroma a las mejores novelas clásicas del género de Frederick Forsyth y John Le Carré y en el que nos encontramos con la pista de personajes paradigmáticos de la Guerra Fría como Burgess o Kim Philby, los dos investigadores desgranan a través de sus pesquisas aspectos tan interesantes como los últimos días de vida de Adolf Hitler en el búnker de Berlín o la intrincada red de espías y agentes dobles que se formó en Europa, a ambos lados del Telón de Acero, tras la Segunda Guerra Mundial.

Manzanera (que los economistas nos dediquemos a la literatura en tiempos de crisis dice mucho de la época que vivimos) emplea con acierto una estructura narrativa lineal, en esa Alemania de mediados de los años 50, con frecuentes flashbacks al ocaso nazi, para ir incrementando paulatinamente el ritmo y la intensidad de la obra conforme esta se acerca a su desenlace.

El informe Müller es, pues, una novela apasionante para cualquier aficionado al género, tal vez un poco fría en ocasiones, característica que, por otra parte, tampoco desentona en un entorno como el de aquellos personajes que se vieron envueltos en el final de una guerra tan atroz como la de 1939-1945 y en el arranque del conflicto que dividió al mundo en dos bloques durante más de cuarenta años, hasta la caída del Muro de Berlín.

lunes, 12 de agosto de 2013

Novela negra sudafricana (V)

Con esto del boom de la literatura criminal que nos llega desde el sur de África, son muchas las oportunidades que se nos brindan para descubrir autores de la tierra de Nelson Mandela.

El último que ha pasado por mis manos ha sido Roger Smith, nacido en Johannesburgo, con su potente novela Diablos de polvo. Ambientada en la actualidad, en esa Sudáfrica que ya dejó atrás el apartheid, pero que ha creado nuevas fronteras en el seno de su población, las socioeconómicas, que tan bien conocemos en el resto del mundo.

Así, esta novela nos presenta esta nueva Sudáfrica multirracial, en la que ya no son ilegales las relaciones sexuales interétnicas, pero en la que campa la corrupción y los poderosos siguen siéndolo, aferrados a las viejas tradiciones, y en la que las mujeres, también como en tantas otras partes del mundo, son meros objetos de intercambio.

Es una historia de venganza, de retorno al pasado, de resurrección de viejos fantasmas, de hasta dónde pueden llegar las personas llevadas al límite, pero también es una historia de amor y lealtad, envuelta toda ella en un mundo tan violento, en el que la vida tiene tan poco valor, que angustiará al público que solo busque un thriller entretenido con el que pasar el rato.

Porque Diablos de polvo es mucho más que un etnothriller, es un puñetazo salvaje en el estómago de quien la lea.

Por último, hay que destacar la cuidada traducción y edición de Es Pop, a la que hay que agradecer que nos haya traído este magnífico regalo en forma de literatura africana.

jueves, 8 de agosto de 2013

Los ojos del ángel

No soy muy bueno escribiendo microrrelatos, pero de vez en cuando me sale alguno decente. En San Sebastián de los Reyes, en el concurso literario que organizan sobre el encierro, han tenido la gentileza de darle una mención a este.


Los ojos del ángel

Sé que no lo hago bien. Sé que no se debe actuar así, lo sé, me lo han explicado muchas veces, demasiadas, pero no puedo evitarlo. Sé que debo mantener los ojos abiertos, bien abiertos, permanecer atenta a todos los detalles, ver por dónde llega cada toro, cada corredor.
Pero no lo consigo.
Nunca.
Por más que lo intente.
Una mano aferrada a la madera, la otra a la de mi compañero más próximo.
Mis ojos cerrados.
Cerrados.
Hasta que, por fin, suena el último cohete y llega por radio el anhelado «sin novedad».
Sin novedad.
Gracias.
Ya puedo abrir mis ojos, recoger la camilla y volver a la ambulancia.
 

martes, 6 de agosto de 2013

La última batalla, de José Javier Abasolo

Aunque sí en euskera (desde la visión un tanto naïf de Bernardo Atxaga en Soinujolearen semea/El hijo del acordeonista a la atroz de Jokin Muñoz en Bizia lo/Letargo), ETA no ha estado demasiado presente en la literatura vasca en castellano. Y, desde luego, no en la literatura policíaca.

José Javier Abasolo, gurú de la novela negra vasca, una auténtica enciclopedia andante sobre el género, aborda el tema en una nueva entrega de Goiko, ese detective bilbaíno, exertzaina, protagonista ya de una serie, al igual que ocurre con otros investigadores vascos de novela, como el Touré de Jon Arretxe o la Amaia Salazar de Dolores Redondo.

En La última batalla, Abasolo construye una trama negra, negrísima, que combina dos momentos temporales separados por casi treinta años, el actual, en el que ETA está llamada a desaparecer, y la época de la reconversión industrial, en la que la heroína campaba por sus respetos por nuestras calles.

En sus pesquisas, Goiko se topa con el entramado tan complejo que durante años ligó a la propia ETA, al narcotráfico y a los cuerpos policiales. Todo ello en un ambiente, como comentábamos antes, negro, negrísimo, en una novela absolutamente trágica, dramática, sucia, que te lleva al más absoluto desasosiego de la mano de la droga, el paro y la violencia político-terrorista-policial.

Tan solo algunas pinceladas divertidas del carácter cínico del protagonista nos rescatan, con cuentagotas, de esa atmósfera angustiosa.

Si todos estos elementos ya hacen de La última batalla una novela más que a tener en cuenta, el impecable estilo literario con el que está construida y redactada la convierten en imprescindible.

martes, 16 de julio de 2013

Noticias literarias (sanfermineras)

Durante la semana pasada, no era extraño cruzarse por las calles de mi barrio con gente como Mikel Alvira, Tim PinksPatxi Irurzun, Aitor Iragi o John Hemingway.

Son las cosas que te da la capitalidad del mundo.

El caso es que, a lo largo de esos días, dos noticias me han alegrado aún más el espíritu sanferminero.

Por un lado, la concesión de una mención especial a mi cuento Los ojos del ángel en la X Edición del Concurso de Microrrelatos El Encierro de San Sebastián de los Reyes. Se ve que tantos años asomado a la Estafeta empiezan a darme algo de fundamento en el género taurino.

Pero, por otra parte, lo que me hizo dar volteretas por los adoquines de la calle fue la confirmación por parte de mi editorial, Ledoria, de la publicación de mi próxima novela allá por primavera.

Así que, si todo va bien, en abril me tendréis de nuevo en vuestras librerías.

En fin, que voy a ver si recojo la última colada blanca.


miércoles, 19 de junio de 2013

Las manos del carpintero - Arotzaren eskuak, de Ladron Arana

Al hilo del éxito arrollador de El guardián invisible de Dolores Redondo, Iban Zaldua comentaba el otro día que el nacimiento del thriller navarro no es cosa de 2013, sino que viene de antes, de mucho antes. Mencionaba, entre otros, a Jon AlonsoAingeru Epaltza y Alberto Ladron Arana, figuras portentosas de la novela de intriga en euskera. No sería justo tampoco olvidarnos de Jon Arretxe.

En castellano, otra mujer, Reyes Calderón, triunfa con novelas que mezclan lo policíaco y lo judicial. Y tampoco deberíamos olvidarnos de mí mismo, coño, que por algo me llevé el López Torrijos de 2011 con Beautiful Rhodesia.

Este año, los castellanoleyentes hemos tenido la oportunidad de acercarnos a la traducción de Arotzaren eskuak, Las manos del carpintero, de Alberto Ladron Arana.

Y me la he merendado en dos tardes.

Con una protagonista femenina espléndidamente dibujada, acosada por sus problemas de autoestima, y que no duda en sumergirse en sus fantasmas familiares para verse inmersa en una trama de investigación que mezcla asesinos en serie, robos de arte y Segunda Guerra Mundial, Ladron Arana nos lleva a ritmo trepidante por Navarra, Gipuzkoa, Iparralde y Francia. Su prosa hábil así se lo permite, desvelando con dosis medidas cada elemento de la trama, de forma que no puedas despegarte de sus páginas.
 
No es de extrañar, pues, que la versión en euskera ande ya por la decimoquinta edición.

Así que ya tengo ansiedad por encontrar en las librerías traducciones de sus otras novelas.

O por volverme al euskaltegi.

viernes, 14 de junio de 2013

Fin de curso en el Club de Lectura

Con unas cervecillas hemos cerrado el curso en el Club de Lectura de la Biblioteca de San Jorge. Mes a mes, nos hemos reunido para hablar de lo que más nos gusta: los libros.

Estos son los que han caído a lo largo de estos trimestres:
  1. Catedral, de Raymond Carver.
  2. A sangre fría, de Truman Capote.
  3. El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga.
  4. Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez.
  5. En el nombre del cerdo, de Pablo Tusset.
  6. Sukkwan Island, de David Vann.
  7. Letargo, de Jokin Muñoz.
La verdad es que no sabría con cuál quedarme. Si tengo que elegir, apuesto por el cariño de los bibliotecarios y las charlas con Patxi Irurzun y mis compañeras y compañeros de club.

Y ahora, para afrontar el verano, me he traído a casa Crimen y castigo, de un tal Fiodor Dostoievski.